Con mi padre vivíamos en las alcantarillas hasta hace unos minutos. Cuando ve que yo me traje mi conejo, se pone muy raro y me ofrece dejarlo atrás.
- La ciudad es amplia, habrá otros conejos.
- Pero a mí me gusta el mío.
- No será bienvenido aquí, te traerá problemas.
- Pero a mí me gusta el mío.
- Si insistes me harás enojar mucho.
- Pero a mí me gusta el mío.
Papá desenfunda su arma y, habiéndome levantado introductoriamente las cejas en señal de "te enteras", procede a matar a mi conejo de un disparo. Le pongo cara de pregunta suplicante, y él contesta de un modo parecido.
- Tan simple como eso - dice, mientras el breve humo de la pistola se disipa.
- La ciudad es amplia, habrá otros conejos.
- Pero a mí me gusta el mío.
- No será bienvenido aquí, te traerá problemas.
- Pero a mí me gusta el mío.
- Si insistes me harás enojar mucho.
- Pero a mí me gusta el mío.
Papá desenfunda su arma y, habiéndome levantado introductoriamente las cejas en señal de "te enteras", procede a matar a mi conejo de un disparo. Le pongo cara de pregunta suplicante, y él contesta de un modo parecido.
- Tan simple como eso - dice, mientras el breve humo de la pistola se disipa.
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