viernes, 11 de septiembre de 2009

Animales Suicidas 7.

La ciudad parecía calma, pero no lo era. Parecía, también, buena moza, o al menos eso decían los pasantes, cuyo amor por Los Polos es infinito, por más extraño que algo así pueda resultar. Era, ante todo, un texto, un texto como cualquiera, o más bien parecido, como lo común, a sus diversos caminos por el exterior.

- ¿Cómo es que una Ciudad así puede sostenerse? - pregunta, absolutamente intrigado, aunque acobardado, Mahäki.

("Allí está todo"), dicen ambos con una curiosa, pero sobre todo reconocible, solemnidad. Allí está todo, dice Charlie Kafka. Todo, afirma en voz alta, el favorito de las damas.

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