lunes, 7 de septiembre de 2009

Dioz 3.

El que aquí hemos decidido llamar Diocito está, pues, solo. Y además de estar solo, está solo en la nada. Y además de estar en la nada, lo que entendemos como todo posible ya no es posible, ha sido eliminado. Así que, de momento, lo único que hay, aparte de Diocito, es Diocito, nuevamente. Esto es lo que piensa Diocito: "Si sólo estoy yo, lo único que existe y vive aparte de mí tendría que ser yo mismo" y al concluir de este modo la conjetura, asoma por algún lado del casi absoluto vacío, él mismo, acercándose a él, desde algún rincón (de ser un rincón posible) en medio de la nada.

- Me había imaginado, o más bien había deseado, o más bien estaba a punto de anticipar, que nos encontraríamos - se dicen, y al segundo se extrañan. Y desaparecen, pero queda su recuerdo. Y luego queda el que los recuerda: Diocito. Y luego están juntos otra vez.

- Debemos dejar de hacer eso.

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