viernes, 11 de septiembre de 2009

Un pendejo frente al espejo 1.

Me estaba mirando en un reflejo gansteril y afable, cuando de pronto me di cuenta de que no sabía lo que hacía. El saber como poder, lo he pensado, tiene doble filo, y ante tamaña arma no supe qué hacer más que mirarme en el espejo del pasado. Al pasar por ese reflejo, este pendejo se dio cuenta de un par de cosas que hizo, y con eso, no se preocupó mucho. Pero al dar la vuelta por la manzana interior de su Centro, quizás (esto lo intuyó) sería bueno no dar demasiadas vueltas, y en vez de eso, centrarse en la vía.

Poner los pies en la tierra. Abrir bien los ojos. Y aspirar a la gloria, en cualquiera de estos días en que respire, necesariamente, algo poco saludable.

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